Dormido pero soñando despierto
Quiero dormir. Quiero despertar. Pero primero quiero dormir. Que las gotas de clonazepam hagan su tarea. La luz apagada, el aire acondicionado prendido. El ruido del compresor sirviendo como el arrullo para una larga noche de sueño. Que los gatos no hagn ruido. Que el vecino no pise con fuerza durante toda la noche. No quiero mosquitos rondando mi cuerpo ni zumbando en mis oídos. No quiero recuerdos dolorosos o preocupaciones del presente. Espero cumplir con los ciclos circadianos necesarios para despertar y sentir como si hubiera tenido la mejor noche de toda mi vida. No quiero sentir frío pero tampoco calor. No quiero escuchar una ambulancia o al imbécil de la moto que hace ruido innecesario cuando pasa por la calle. No quiero que vibre el celular, rápido, modo no molestar. No quiero que se vaya la luz porque nos va a dar calor. No quiero escuchar que alguien baja las escaleras o que rompe algo y mucho menos me gustaría saber que los vecinos se están peleando. El velador no tocará el silbato, el pepenador no va a tirar botellas y el dueño del auto que siempre pasa con música muy alta está triste porque las bocinas de su maquinón dejaron de servir. Es la noche perfecta. No hay emergencias, nadie fue arrestado, no hay saqueadores de casa merodeando; esta noche no atropellaron a un perro, nadie chocó y los semáforos están perdiendo su tiempo. Todos están en su casa durmiendo porque nadie pudo salir de fiesta; no hubo after no hubo alcohol no hubo drogas no hubo sexo casual en la madrugada. No despertó el bebé a exigir de mamar; no llegó la amante a hacer un escándalo a la casa del desgraciado; no hubo serenatas y nadie cantó las mañanitas a las 00:00 de la noche. Nadie se murió, nadie se accidentó y los doctores duermen durante la guardia porque no hay enfermos. Se acabó la tragedia, la enfermedad y las guerras; por una noche al menos. Por 8 horas, de corrido, no hubo nada más en la vida que el sueño.
Apúrate, estamos soñando.