Ginoz Blog

El punto rojo en mi ojo izquierdo

Comencé el año enfermo. Justo el 31 de diciembre desperté con una molestia en la garganta que progresivamente se transformó en un resfriado que apenas y me deja tragar saliva. Esta no era la forma en que deseaba iniciar el año pero tampoco tenía grandes planes para los primeros días del 2025. Desde el año pasado decidí no tener propósitos, porque sé muy bien qué cosas merecen mi atención y energía. Para mí, hacer una lista de objetivos es contraproducente, porque en vez de motivarme, busco llenarla con cualquier banalidad que al final solo será una distracción de lo que realmente quiero y me importa.

Tengo más de 15 años escribiendo en blogs de vez en cuando y casi 10 llevando un diario personal, pero por alguna razón este espacio me pareció una buena oportunidad para practicar mi escritura libre. Creo que el anonimato selectivo es lo que le da un atractivo difícil de ignorar. Con esto me refiero a que lo que escriba aquí es anónimo para quienes me conocen en la vida real, pero público para cualquiera que se cruce con este blog en la sección de "discover". En el fondo quiero que estas palabras sean leídas, no importa por quién. Incluso si lo hago solo para mí, saber que existe la posibilidad de que alguien más me lea es algo que encuentro súmamente reconfortante. Es una forma de recordarme que por más solo que crea que estoy, siempre habrá alguien dispuesto a acompañarme, así sea por los minutos efímeros que les tome esta lectura.

Hoy desperté en casa de Hermano #1 después de no haber dormido ahí durante meses. El colchón donde dormí fue lo que me provocó ese punto rojo en mi ojo izquierdo. Todo parece indicar que es por alergia, aunque tiene el aspecto de un derrame. Esto solo hizo mi vida más miserable pues se sumó a la enfermedad que por alguna razón no se quita.

El propósito más importante que tengo para este año es no cancelar mis planes. Desde que el COVID nos atacó se me hizo costumbre cancelar planes a última hora. Al inicio la amenaza de una enfermedad mortal y desconocida funcionaba como un comodín que podía utilizar siempre que tuviera ansiedad o flojera, pero con el tiempo comencé a caer en el aislamiento. Llevo casi cuatro años trabajando remotamente y jamás me había comenzado a sentir tan aislado en mi vida. 2024 es probablemente el año en que más planes he cancelado. Cabe mencionar que soy alguien que disfruta MUCHÍSIMO estar en casa y estar solo, pero incluso el más grande de los placeres pierde su magia cuando se disfruta en exceso. No quiero comenzar a hablar del daño que le ha hecho a mi salud mental. Eso último, tal vez, sea mejor para una entrada separada.

Durante la cena pensaba en que con los años me he vuelto más sensible. No solo en cuanto a mis emociones, sino con el sufrimiento ajeno en general. La tragedia, la violencia, la pérdida o simplemente la muerte son algunos ejemplos de situaciones o temas que antes veía de forma más banal. Se trata de que mis niveles de empatía han crecido durante lo últimos años. Siento que mis experiencias negativas me han ayudado a ver el mundo con la calidez de quien sabe lo que es estar del otro lado. O tal vez los años de terapia me han dotado de cierta inteligencia emocional, y eso, es lo que me ha ayudado a desarrollar compasión, hacía mí y los demás.

Llevo varios días con unas ganas tremendas de comenzar un nuevo libro, pero con la experiencia OG, en papel. Los últimos libros que leí fueron en mi iPad y aunque eso está bien para algunas cosas como los cómics y el manga, la literatura se disfruta más en papel. Nada le gana al sentimiento de progreso que provoca darle vuelta a la hoja.

¿Por qué siento que mis opiniones podrían llegar a ofender a otros?

Gracias por leer. 🍔

#100daywriting #ensaladadeletras