El sonido del viento
Escribir diariamente me ha ayudado a darme cuenta de lo mucho que disfruto de las cosas sencillas. En parte porque el reto me ha obligado a explorar rincones creativos que no visitaba desde hace mucho tiempo, como escribir poesĂa, por ejemplo.
Vivo en una ciudad donde el clima es un poco loco en algunas Ă©pocas del año. Incluso tenemos una temporada de huracanes, asĂ que las ráfagas de viento son comunes. A veces son violentas y significan un peligro, pero la mayorĂa del tiempo tienen la intensidad necesaria para despeinarte y no permitir que te mantengas peinado un solo segundo. En general se disfrutan y ayudan a balancear el clima en una ciudad donde hace calor la mayorĂa del año.
Siempre me ha gustado el sonido que hace el viento al chocar con las paredes. Ese sonido que genera al buscar un recoveco por el cual colarse. Me recuerda mucho a una Ă©poca muy bella de mi vida en la que era un adolescente despreocupado viviendo en casa de mis abuelos. En esa casa el viento pegaba muy fuerte y por todos lados. TenĂa muchos ventanales que abarcaban del piso al techo, mismos que retumbaban con las ráfagas de viento, generando una combinaciĂłn de sonidos digna de una pelĂcula de terror de Taboada.
Ahora cuando sopla el viento no puedo evitar recordar esos momentos. Recordar cĂłmo me sentĂa y quĂ© cosas importantes estaba viviendo en aquĂ©l entonces cuando la vida prometĂa mucho y me habĂa enseñado muy poco. Es tan poderoso el efecto de este sonido que incluso puedo imaginarme acostado en la sala de esa casa, escuchando el azote de la puerta cada vez que las ráfagas golpeaban con fuerza. Estoy agradecido por el viento. Lo disfruto mucho. No solo el cĂłmo suena sino cĂłmo se siente en mi piel cuando me toca. Está muy bien estar vivo.
Creo que todos tenemos nuestro starter pack de la nostalgia y para mà es ese sonido y cómo se escuchaba por toda la casa de mis abuelos, paseándose y entrando como si hubiera sido invitado.
Hoy estoy extrañando muchas cosas. Gracias por leer.