Entre menos trabajo tengo, más procrastino
Una de las cosas que le envidio a mis padres además del mercado inmobiliario de su época, es que tuvieron la oportunidad de vivir una vida digna (y con lujos) solo por cumplir con el requisito de tener una carrera universitaria. Yo, in my thirties, tengo que tener dos trabajos para ahorrar lo suficiente para poder tener casa propia en algún momento, si es que ocurre el milagro.
Otro pequeño lore drop sobre mí: tengo dos trabajos.
Pasa que desde hace tres años mis condiciones y carga de trabajo no habían sido tan ligeras como lo han sido en estos últimos cuatro meses, aproximadamente. Y también ha sido el tiempo en que más he procrastinado mis tareas. He llegado al punto de quedar mal con las entregas y terminar entregando al día siguiente de la fecha deseada. Lo más preocupante de esto es que esos retrasos no han tenido consecuencias porque de un día no pasan y, lo que sea de cada quién, siempre hago un buen trabajo, así que ya llegué al punto de volverme cínico con ello.
Tengo el ligero problema de que soy bien rebelde con la autoridad, y con el trabajo me muevo de cierta forma que siempre busco mi conveniencia, así que saber que tengo trabajo pendiente no me quita el sueño. Sin embargo, sí me genera cierto estrés, porque no es lo mismo empezar la mañana con poco o nada que hacer a iniciar la jornada con pendientes rezagados.
Algo que también influye en esta conducta es que he trabajado muchísimo desde el 2021, en promedio diría que unas 10 u 11 horas al día y en ocasiones unas 5 horas los sábados (también llegué a trabajar en domingo ocasionalmente), por lo que tener un respiro hizo que el burnout terminara de quemar lo poco que me quedaba de voluntad. Me siento con el derecho de procrastinar y quedar mal a quién sea porque me he esforzado tanto que mi mente pide distracción.
Sí, sí, soy joven, pero en verdad mi agotamiento mental ha sido tan extremo en los últimos años de mi vida que no logro reponerme por completo. Estoy seguro que sufrí burnout y no he terminado de superarlo.
Me cuesta saber si me estoy metiendo el pie. Tal vez solo es una etapa de transición hasta que me acostumbre a este nuevo ritmo, o en su defecto, encuentre la rutina que me beneficie.
Escribo esto porque hoy decidí procrastinar dos entregas que ya había procrastinado anteriormente. Estoy forzando los límites y sinceramente me preocupa que tenga consecuencias.
Lo curioso es que antes no procrastinaba. Siempre he valorado mucho mi tiempo libre, y siempre he odiado darle tiempo extra al trabajo. Mi productividad era tal que a las 6 en punto ya había terminado con todo lo que tenía que hacer y byebye perdedores, nos vemos mañana. No importaba cómo, pero cumplía con todos mis pendientes durante mi jornada.
No está de más agregar que detesto a esos quedabien que se desvelan trabajando y lo presumen en las juntas de la mañana. ¿Por qué sientes orgullo de algo tan denigrante como trabajar extra sin paga alguna?
En fin, puedo soportar no cumplir con mis responsabilidades, pero no puedo irme a dormir sin escribir aquí. Este compromiso es personal y es conmigo, es con mi yo del futuro y mis versiones del pasado que siempre soñaron con escribir. Esto es más importante.
👨💼 El trabajo es trabajo y nada más. Gracias por leer.