Ginoz Blog

Las estrellas no se ven en las grandes ciudades

Cuando vivía en la Ciudad de México, una de las ciudades más grandes del mundo, casi nunca podía ver las estrellas por la noche. El nivel de contaminación en esa ciudad es tan grande por temporadas, que cuando declaraban contingencia ambiental me costaba trabajo respirar por las tardes cuando hacía mi trayecto regular a casa.

El cubrebocas ayudaba un poco, pero como en aquél entonces me estaba ahogando por la ansiedad, traer la boca y la nariz tapada no ayudaban a disipar el sentimiento de que alguien me estaba apretando el cuello.

Los primeros meses que viví allí no lo noté, me la pasaba los días encerrado en mi departamento buscando trabajo y acomodando las pocas cosas que había llevado conmigo. Cuando salía, generalmente al súper o a visitar familiares, me preocupaba más por mirar a mis alrededores de forma paranoica. Pensaba que me veía como un pueblerino recién llegado que de poco a nada entendía de las grandes ciudades.

Un día fui al cine cerca de donde estaba el departamento donde rentaba (cerca siendo una caminata de casi 20 minutos o un viaje en uber del mismo tiempo gracias al tráfico). La película terminó después de las 9 de la noche y decidí caminar de regreso, con un poco de miedo, pero dispuesto a ahorrarme el taxi. Caminé a paso rápido y con precaución (en mi defensa debo decir que la CDMX es famosa por sus asaltos).

Pese al estrés, recuerdo esa caminata como una de las primeras veces que me sentí parte de la ciudad. En ese momento tenía algo así como dos o tres meses viviendo allí. Disfruté cada paso del trayecto, el frío y ese sentimiento de novedad; esa emoción de estar consciente, por primera vez desde mi llegada, que estaba a punto de comenzar una nueva etapa de mi vida.

Entonces llegué a la entrada de los departamentos, una reja de color rojo que daba acceso al estacionamiento al aire libre. Me detuve ahí y miré hacia el cielo en un intento por romantizar aún más esa caminata que aesthetic no tenía mucho.

Me di cuenta de que no se veían las estrellas.

En su lugar, había una nube de humo gris que tapaba incluso el color del anochecer. Traté, incrédulo, de ver hacia otra dirección en caso de que no hubiera estrellas esa noche, pero no tardé en darme cuenta de lo que en realidad pasaba.

Fue como una cachetada de realidad. La vida recordando que ya no estaba en la ciudad costera donde el aire es puro y las estrellas se ven todas las noches. Donde la gente te da los buenos días y nadie tiene prisa por llegar a ningún lado.

Metí la llave, abrí la reja, y agradecí de haber llegado en una pieza. Después vi dos horas de YouTube y sobre pensé hasta dormirme.

Desde ese día busqué las estrellas todas las noches durante los tres años que viví en aquél departamento. Solo pude verlas un par de noches, y cada que lo hacía, me parecía un privilegio.

Ahora vivo en una ciudad donde sí puedo ver las estrellas. Hoy L notó que se veían desde la ventana y casi de inmediato recordé esa noche en la Ciudad de México que terminó de forma amarga. Hoy me detuve a contarlas. Disfruté del cielo estrellado.

🌃 PLEEEEEAAASE IM A STAAAAAAAAAAARR!!! Gracias por leer.

#100daywriting #ensaladadeletras #esp #personal