Ginoz Blog

Pensamientos durante un apagón

Estoy escribiendo esto desde mi celular, así que desde ahí vamos mal. La luz se fue hace casi seis horas y no parece que vaya a volver pronto. Afuera hay un vendaval tan fuerte que los negocios locales cerraron y las clases se suspendieron. Estoy tirado en la cama, esperando el momento de dormir, pensando en qué escribir.

Por la tarde tuve una junta en mi trabajo, nada serio, solo un ckeck-in con la persona que maneja el área a la que pertenezco. Era la primera vez que nos reuníamos este año, así que además de hablar sobre el status actual de mis responsabilidades (hemos tenido un inicio de año muy lento) también me preguntó si tenía algún propósito para este año. Solo por no quedarme callado, le comenté sobre este blog. Además de mi hermano, es la única persona a la que le he hablado al respecto y lo hice porque le tengo aprecio y es alguien que también disfruta escribir de forma creativa.

Dejé muy en claro que lo había creado con el objetivo de escribir todos los días para estimular mi creatividad, y que lo mantenía en el anonimato por el momento porque no quería preocuparme por hacer de esto una marca o pensar en qué escribir para lograr resultados y complacer a una audiencia. En ese momento me di cuenta de que esta es mi resolución para el 2025.

Las pocas veces que he escrito una lista de objetivos o resoluciones al comienzo de año, me ha servido para un carajo. Con el tiempo me di cuenta que era algo que no me funcionaba. Inconscientemente, y para balancear el nivel de esfuerzo o dificultad entre cada resolución, me veía agregando objetivos a la lista que no eran más que paja; cosas que en el fondo no eran importantes, pero estaban ahí para dar variedad. Lo único que conseguía con esto era distraerme. Cumplían la función de ser un consuelo cuando llegaba la hora de rendir cuentas (conmigo mismo) y veía que otro año se había esfumado del calendario mientras yo seguía sin atreverme.

Wow, tuve el valor de probar el hígado encebollado otra vez, o de meditar, pero no de iniciar ese canal de youtube o terminar el guion de una película. No hacía las cosas que implicaban un reto. Pero hey, tachamos el 80% de la lista, así que no todo fue tan malo, ¿verdad?

Y qué tiene de importante hacer ese viaje al pueblo mágico, o ahorrar cierta cantidad de dinero, si todavía tengo miedo a mostrar mi arte o a crear en su totalidad. No me hacía sentido.

Este año, después de un largo periodo de vivir en automático, decidí hacerlo diferente. Decidí simplemente comenzar, dar un paso a la vez y atreverme: crear un blog en completo anonimato y escribir por gusto con el objetivo de formar un hábito que será de utilidad para acercarme al reto verdadero. Escribir aquí todos los días es ese pequeño paso que me da inercia, me llena de satisfacción y me motiva a seguir creando. Es mi cucharada de placer diario.

No tengo algo en contra de las listas de objetivos o resoluciones de año nuevo, de hecho pueden llegar a ser muy valiosas para darnos dirección en la vida. Solo no son para mí. En mi caso, entre más tengo sobre la mesa, más trabajo me cuesta enfocarme y más fácil se me hace justificar mi falta de compromiso o valor. Así que poco a poco he ido purgando las distracciones usando todo lo que he aprendido sobre mí.

Si no tuviera este blog, probablemente nunca hubiera reflexionado al respecto o me hubiera percatado del pequeño (pero importante) logro que ha sido escribir diario por casi veinte días. Y por supuesto, tampoco hubiera escrito esto de no ser porque tuve el valor de compartirlo con otra persona.

🍾 No te distraigas de lo que realmente importa. Gracias por leer.

#100daywriting #ensaladadeletras #esp